martes, 14 de marzo de 2017

Atacan a nuestra dignidad

Desde hace muchas décadas estamos viendo cómo el mundo cambia a un ritmo muy acelerado. Los eventos que sucedieron hace relativamente poco parecen haber quedado muy atrás.

Fíjense en el tiempo que transcurrió desde que ganó Trump las elecciones, seguramente dirán que pasó mucho más de lo que realmente ha pasado. Prueben ahora con el incidente de Fukushima, ¿cuál fue el primer atentado del año pasado?
Seguramente no saben acertar nada y eso tiene un motivo: vivimos una aceleración del tiempo. No se trata de un fenómeno físico, sino de algo forzado, desde alguna parte están tratando de bombardearnos con información y dirigirnos hacia un mundo en el que nada importa.
Una violación, el maltrato animal, un atentado terrorista, un homicidio... ya nada de eso sirve, ahora solo son crónicas negras que llenan los informativos de todo el mundo. Estamos acostumbrados al horror.

Nos han enseñado que siempre debemos superarnos, que para nosotros siempre hay una opción mejor. Nos quieren hacer creer que podemos llegar al techo, nos han enseñado a mirar hasta el techo cuando deberíamos mirar al cielo. Dense cuenta de algo, nos ofrecen una alternativa que parece buena, una alternativa al odio y a la miseria del día a día. La soledad, el desazón, el desempleo, las cargas familiares, la tristeza, la amargura... son cosas con las que tenemos que convivir y solo tenemos ciertas drogas para evadirnos. Medicamentos, música, lugares de ocio, videoconsolas y plataformas sociales.

Han generado terror y necesidad en nosotros, hermanos satánicos, nos esclavizan y nos engañan, nos hacen temer la vida para que no veamos con malos ojos la muerte.


Sacerdote satánico de la Madre pecadora de París (Francia) - Comienzo del discurso cuarto sobre política y sociedad. Introducción.